Las
cifras aportadas por el Anuario de Estadísticas Culturales del año 2015 arrojan
una clara tendencia a la baja del mercado artístico español que se quiere abrir
más allá de sus fronteras.
En
un primer vistazo a los contenidos culturales que España vende al resto del
mundo, la tendencia a la baja de películas, libros, prensa, obras plásticas y
música que conseguimos que compren los extranjeros no hace más que bajar desde
el año 2005.
Teniendo
en cuenta el gran daño que ha ocasionado al tejido cultural la crisis económica, es de suponer que durante los años más duros del bache económico,
las propuestas culturales se hayan visto afectadas por unos presupuestos mucho más
ajustados o incluso ni siquiera eso porque son innumerables los proyectos
culturales que no han visto la luz, por la falta de una buena situación
económica.
Una maquina literaria en decadencia
El
valor que ofrece a la economía española el tener un idioma como el castellano
como primera lengua del país no es un hecho aislado en el terreno de las
exportaciones culturales. Los libros y publicaciones de España han tenido un
papel importante en el impulso de nuestra industria cultural, quizá a
principios del siglo más que ahora. Son 280 los millones de euros de diferencia en la recaudación de libros que separan los años 2005 y 2015, unas pérdidas en
tan solo una década que son preocupantes.
El cine ya no es lo que era
En
el cuadro de cifras presentado, se observa claramente que uno de los sectores
culturales que más ha sufrido en la facturación de sus exportaciones es el
cinematográfico. Lejos quedan las cifras que el mercado marcaba en el año 2005
cuando eran 152 los millones de euros que los filmes españoles conseguían
cobrar tras recaudar dinero por medio mundo. En la actualidad son solo 60 los
millones recaudados, una cifra que hay que mirar con la perspectiva de la
revolución audiovisual que el mundo ha vivido en la última década.

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